En 1931 la Liga devino en la Asociación Rosarina de Fútbol. El 22 de junio los representantes de siete clubes: Domingo Brebbia (Newell’s Old Boys), Francisco Ciuro (Tiro Federal), Antonio Onis (Central Córdoba), Emilio Navarini (Provincial), Federico Flynn (Rosario Central), Ángel Rossini (Belgrano) y Sixto Martínez (Nacional) reunidos en Maipú 1025 (sede de N.O.B.) dieron vida a esta Asociación con el objetivo de continuar el fomento de la práctica del deporte en la ciudad y la región pero avanzando hacia su profesionalización, tal como meses antes había sucedido a nivel nacional.
El futbol en el país
El 10 de mayo de 1931 en Buenos Aires se reunieron los representantes de los clubes Atlanta, Chacarita, Estudiantes de La Plata, Huracán, Independiente, Platense, Quilmes, Lanús, Racing, River, Tigre, Boca, Vélez, Talleres, San Lorenzo, Argentinos Juniors y Ferro. En el encuentro se resolvió fundar la Liga Argentina de Footbal. Conformada esta liga el 31 de Mayo comenzó la era profesional del fútbol en la Argentina con un campeonato en el que jugaban 18 equipos. Tres años después, en 1934, esta organización pasó a llamarse de manera definitiva Asociación del Fútbol Argentino.
En 1939 Rosario Central y Newell’s Old Boys se afiliaron a la Asociación de Fútbol Argentino, órgano máximo en el país y comenzaron a disputar los campeonatos de 1ra. División. En 1945 Argentino quedó a dos puntos de lograr el ascenso a la élite nacional, logrando el subcampeonato de la segunda divisional. Central Córdoba doce años después logró el objetivo: ganó el torneo de segunda división en 1957 (primer título AFA para la ciudad) jugando las temporadas 1958/1959 en Primera.
Los campeonatos de Primera están por llegar. El club de Arroyito se coronó campeón en el Nacional de 1971 y repitió el logro en la temporada 1973. Por lo pronto la escuadra del Parque de la Independencia se alzó con el Metropolitano de 1974.
El fútbol de la ciudad hacia la mitad de la década del 70 estaba en boca de todo el país. Un partido preparatorio de la Selección Nacional con vista al Mundial de Alemania de 1974 le pondría la rúbrica al largo camino iniciado por dirigentes de la talla de Woods, Bolder, Newell, Bordabehere, Flynn, Ross, Olaeta, Cecchi, entre otros y que fue moldeado con las gambetas, atajadas y goles de los hermanos Hayes, Le Bas, Zenón Díaz, Daniel Green, Cataldo Spitale, Juan Hudson, José "Pinoto" Viale, el "Piojo" Franco, Julio Libonatti, Gabino Sosa, de la Mata, Cantelli, Pontoni, Morosano, Ferreyra, Gómez, Guzmán, Sacchi, Solari, Griffa, Yúdica, Menotti, Carnevali, Gallego, Poy, Zanabria, Carlovich, Bauza, Valdano, Palma, Martino, Batistuta, Pizzi, Balbo, Chamot, Sensini, Bonano, González, Biagini, Lavezzi, Banega, Di María y Messi, sólo por nombrar algunos.
Hoy sus protagonistas, instituciones, dirigentes y jugadores, en las canchas de la ciudad, de la Argentina y del mundo dejan la marca indeleble del futbol rosarino: el trato habilidoso del balón y el juego asociado, mientras los trofeos exhibidos en las vitrinas de los clubes, muchos de ellos fundados por sus propios jugadores, son testigos de reñidos partidos que movilizaron a la ciudad y dejaron gratos recuerdos en los simpatizantes.
La selección rosarina está dirigida por la dupla técnica que forman Carlos Griguol y Juan Montes, técnicos de Central y Newell’s respectivamente. Alinean a 5 jugadores del conjunto del Parque y a otros tantos de los de Arroyito y como número 5 a un jugador de Central Córdoba (equipo de la B), desconocido para los porteños pero admirado por igual por todos los rosarinos, el Trinche, Tomás Felipe Carlovich. La formación rosarina aquella noche en el estadio del Parque de la Independencia era la siguiente: Carlos Biasutto (RC), Jorge José González (RC), José Pavoni (NOB), Armando Capurro (NOB) y Mario Killer (RC), Carlos Aimar (RC), Tomás Felipe Carlovich (CC) y Mario Zanabria (NOB), Sergio Robles (NOB), Alfredo Obberti (NOB) y Mario Kempes (RC). En tanto la Selección Mayor se formó así: Miguel Santoro (Independiente), Enrique Wolff (River Plate), Néstor Togneri (Estudiantes), Francisco Sá (Indepediente), Alberto Tarantini (Boca), Miguel Brindisi (Huracán), Roberto Telch (San Lorenzo), Aldo Pedro Poy (Rosario Central), René Houseman (Huracán), Osvaldo Potente (Boca) y Daniel Bertoni (Independiente).
Fue victoria del seleccionado rosarino por 3 a 1 y con baile incluido. Al término del primer tiempo Rosario vencía 3 a 0. Cap le pidió por favor a sus pares rosarinos que sacaran al Trinche, la estrella de la noche. Carlovich dejo patentada para todo el país “su” jugada, la que hacía todas las semanas defendiendo los colores charrúas: el doble caño. Comentaba el Trinche: "Tiré un caño y cuando el defensor se dio vuelta le tiré otro. Lo hacía seguido, aunque ese día la cancha se venía abajo. Fue la única vez que se abrazaban los de Newell’s y los de Central". Fue un miércoles 17 de abril, ante 30000 espectadores. El fútbol rosarino conquistaba definitivamente el país.
Antes de la aparición del juez arbitral los cotejos eran dirigidos por los presidentes de los clubes enfrentados, por lo general quien oficiaba de árbitro era el dirigente local. Los primeros árbitros (umpires) tenían una sola función: sólo marcaban los goles. Para entonces los jugadores eran quienes pedían las sanciones: foul o mano. En 1871 se agregó un árbitro para desempatar las decisiones y recién en 1889 se les permitió cobrar una falta sin que se la pidan. Dos años después los umpires pasaron a actuar desde los costados de la cancha. En esta época los penales sólo se sancionaban por aclamación de los participantes.
Para 1896 en Inglaterra se edita la primera Carta de Árbitros, con reglas y recomendaciones. Y en 1902 comienzan a marcarse en el terreno de juego las áreas y la línea central con el objeto de facilitar la labor arbitral. Al año siguiente se definen las funciones del árbitro y los jueces de línea, tal como se conoce actualmente.
Si bien a lo largo del siglo XX se realizaron adecuaciones en el reglamento, podemos marcar dos momentos importantes en la mejora del desempeño del árbitro. En el Mundial de Fútbol México 70 a instancias del ex árbitro inglés Ken Aston (Presidente del Comité de Árbitros de la FIFA) comienzan a utilizarse las tarjetas amarilla y roja para sancionar las faltas graves, hasta ese momento se amonestaba o se echaba del partido a un jugador de manera verbal. El segundo momento histórico para destacar es el actual donde la implementación de la tecnología colabora en la labor del árbitro.